Como Flechas en las MAnos.

Salmos 127: 3-5 

“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. 

Como Saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. 

Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta” 

Es posible que ya hayas notado mi gran interés por leer y estudiar el libro de los Salmos. En los versículos que acabamos de leer, el salmista habla claramente sobre la bendición que representan los hijos en nuestras vidas. En la actualidad, en México y algunos países de Latinoamérica, se utiliza una expresión coloquial para referirse a los bebés o niños como “la bendi”; es una adaptación de la palabra “bendición” que comenzó a popularizarse en las redes sociales. Aunque la intención detrás de su uso pareciera ser buena, en realidad ha adquirido connotaciones sarcásticas o irónicas. Algunas personas la emplean para burlarse o ridiculizar a otros, especialmente cuando se trata de publicaciones en redes sociales sobre la crianza de los hijos. Lamentablemente, esta expresión puede ser interpretada de manera negativa en ciertos contextos, lo que ha desvirtuado el verdadero significado de que los hijos, como lo explica el salmista, son una verdadera bendición.

En el Salmo 127, el salmista declara que los hijos son “la herencia de Jehová”, utilizando una analogía o comparación con un instrumento de guerra común en aquel entonces: el arco y la flecha.

v. 4- “Como saetas (flechas) en mano del valiente así son los hijos habidos en la juventud” 

v.5 – “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos” La Aljaba es una bolsa o caja en forma de tubo, generalmente ensanchada en su parte superior, que se empleaba para llevar flechas; se llevaba colgada del hombro izquierdo mediante una correa, para poder agarrar las flechas con la mano derecha.

¿Alguna vez has utilizado un arco y una flecha?

Yo nunca he tenido la oportunidad, pero esta semana me di a la tarea de buscar información y encontré algunos videos que explican la técnica y los componentes que se usan para tirar correctamente. No es mi intención darte unas clases de cómo hacerlo, sin embargo, aprender un poco de cómo se utiliza nos ayuda a entender el por qué el salmista usa esta instrumento como ejemplo. 

Por lo que pude observar, tirar con arco y flecha no es una tarea fácil, hay muchos factores que influyen en la precisión. Por ejemplo, un factor ambiental es la dirección del viento, la posición del sol y la distancia del objetivo. Por otro lado, un factor humano puede ser el conocimiento y la experiencia que tenga el tirador. 

Básicamente, si eres diestro, la técnica es tomar el arco con la mano izquierda, colocar la flecha en la cuerda y jalar la cuerda a 28 pulgadas del arco, apuntar y dejar ir la flecha. En mi pequeña investigación, encontré tres elementos que son sumamente importantes en el desarrollo de esta actividad que nos ayudan a entender la analogía del salmista. 

  1. Hay diferentes tipos de arco

Primero, aprendí que el arco está diseñado a la medida del tirador, es decir, se ajusta de acuerdo con el arquero. Puesto que todos los arqueros tienen diferente tamaño y medidas en el cuerpo (especialmente de los brazos), es necesario que el arco esté hecho a la medida, de acuerdo con las característica particulares de este. 

Si volvemos al Salmos 127, encontramos que los hijos son como Saetas en manos de valiente y que es bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos. En esta analogía el arquero es el Padre. Y como acabamos de aprender, cada arquero tiene características particulares que lo hacen diferente a los demás. Esto quiere decir que la paternidad no se ve y no se manifiesta igual en todos los padres. Cada uno es diferente, porque cada uno tiene un trasfondo cultural, social, económico y académico. La paternidad está influenciada por los valores, las ideologías, las costumbres, la madurez, la personalidad de los padres, etc. Por lo tanto, es seguro afirmar que ningún padre o madre será igual que otro. 

En segundo lugar, aprendí que el arquero deja ir la flecha, no la avienta. El arco no es una resortera: No se trata de estirar al límite la cuerda del arco para que llegue más lejos. Tampoco se trata de llevar al límite a los hijos pensando que les están ayudando a ser “alguien” en la vida. Referente a esto, la Biblia nos dice en Colosenses 3:21 <<Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten>>.  ¿Qué quiso decir Pablo con “no exasperéis? Si lees varias versiones encontrarás que se usan las siguientes variaciones: “no irritéis a vuestros hijos”, “no provoques la ira”, “no hagan enojar”, “no sean tan exigentes”, “eduquen con tacto”, entre otras.  Por su puesto, necesitamos toda una reflexión sobre este versículo para poder responder preguntas como ¿cuáles son los límites?, ¿Qué significaba este versículo para los Colosenses y qué aplicación tiene para nosotros? Sin embargo, creo que la idea general es clara, a los padres se les ha dado autoridad sobre los hijos, pero esa autoridad no puede ser injusta o tirana, sino debe utilizarse con sensibilidad y sabiduría. 

2. Hay diferentes tipos de flecha.

Así como existen diferentes tipos de flechas para diferentes propósitos, cada una con características únicas que determinan su eficacia y función, lo mismo ocurre con los hijos. Cada uno posee una personalidad, gustos e inclinaciones distintas que los hacen únicos y especiales. En consecuencia, es importante reconocer que cada hijo debe recibir un trato diferenciado y adaptado a sus necesidades individuales, para potenciar sus habilidades y apoyarlo en su desarrollo personal. Yo sé que esta idea va en contra de todo lo que nos han enseñado, porque en nuestra cultura latina se nos ha inculcado a que debemos tratar a todos los hijos por igual. Y es verdad, en el sentido de equidad, en el que todos reciben las mismas oportunidades, la misma cantidad de comida, ropa y amor.  Es más bien, en el sentido emocional, porque como lo mencioné anteriormente, cada personalidad requiere que adaptes la forma en que te comunicas y te relacionas de acuerdo con sus características particulares. 

Por otro lado, la flecha no fue diseñada para permanecer en el arco, fue diseñada para ser lanzada. ESE ES SU PROPÓSITO. Es muy corto el tiempo en que el arquero tiene la flecha en sus manos, por eso es importante que esté consciente de todos sus movimientos para que no afecten el lanzamiento y trayectoria de la flecha. Como padres, nos es necesario entender que es muy corto el tiempo que tendremos a nuestros hijos al alcance de nuestras manos. En un abrir y cerrar de ojos están preparando maletas para irse a estudiar a la universidad o casarse. Es sumamente importante considerar que no hay tiempo que perder cuando aún se tiene a un hijo cerca, como a la flecha en la mano. 

Todo lo que haces en este tiempo de preparación, impactará y afectará la vida de tus hijos. El arquero debe cuidar su postura, debe cuidar su respiración, debe estar atento a los factores externos que intervienen en el lanzamiento, como el viento y la posición del sol. De la misma manera, un padre no puede cruzar los brazos y tomarse un descanso. Constantemente debe velar, primero por su comportamiento, porque sus hijos lo están observando y debe velar por la vida social, emocional Y espiritual de sus hijos. 

Recuerda que una vez lanzada, la flecha no puede ser recuperada. El tiempo avanza sin retorno, y no podemos regresar para corregir errores o mejorar nuestras acciones pasadas. Personalmente, reflexiono sobre esto al recordar cuando mis hijos eran pequeños. En aquel entonces, anhelaba que crecieran rápidamente, esperando con impaciencia cada nueva etapa con la esperanza de que fuera más fácil que la anterior. Pensaba: “Cuando empiecen a hablar, será más sencillo”, “Cuando caminen y ya no tenga que cargarlos todo el día, será más fácil”, o “Cuando sean más independientes, todo será más sencillo”. Pero nada está más alejado de la realidad, porque con el paso del tiempo he aprendido que cada etapa presenta sus propios desafíos y recompensas.

La Biblia dice en Eclesiastés 3 que hay tiempo para todo y que Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo. Este capítulo nos recuerda la importancia de reconocer y valorar cada momento en la vida de nuestros hijos, así como apreciar la belleza y la oportunidad de disfrutar de cada etapa de su crecimiento. Por lo tanto, debemos estar presentes y comprometidos en la vida de nuestros hijos, acompañándolos en su viaje de crecimiento y aprendizaje ya que esta es la fase preparatoria para su lanzamiento. 

3. Hay diferentes tipos de objetivos

A través de la historia, la arquería se ha utilizado con diferentes propósitos: para cazar animales, como arma de guerra, como herramienta de esparcimiento y ahora como deporte profesional. Nadie que agarra un arco, lanza la flecha al aire, sin objetivo. SIEMPRE HAY UN BLANCO.

Cuando el arquero toma el arco y la flecha, se prepara y se concentra para lograr un objetivo específico. Incluso, si alguien te diera un arco y una flecha en este momento, la reacción natural sería buscar alrededor un objeto o punto que se convierta en tu objetivo. 

Por lo tanto, si decimos que el padre es el arquero y el hijo es la flecha, podemos concluir que es responsabilidad de los padres dirigir a sus hijos a un objetivo. Sigamos el ejemplo que Dios mismo nos dio. La Biblia dice en Juan 3:16 << Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna>>. En este versículo observamos claramente los tres elementos de los que estamos hablando: El Padre quién con un propósito específico, envía a su Hijo al mundo. Dios no envía a su hijo al mundo pensando “a ver qué pasa”; tenía un objetivo claro que es que todo aquel que en Él crea, no se pierda más tenga vida eterna.  

Objetivos Claros.

Es posible que, al decidir tener hijos, no hayas pensado en objetivos específicos de crianza. No te culpo.  Cuando los hijos son recién nacidos el futuro parece estar muy lejos y asumimos que tendremos tiempo para hacerlo después. Algunos solo planean los términos económicos, otros el fondo universitario, otros solo piensan en términos de salud.  Sin embargo, es necesario dedicar tiempo a trazar objetivos que se conviertan en la guía que seguirán tus hijos hasta que llegue el momento de ser lanzados. 

Según la Biblia, ¿Cuáles deberían ser nuestros objetivos como padres?

  1. INSTRUIR.

 Proverbios 22: 6 <<Instruye al niño en Su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él >>. Puedes aprender más de este tema leyendo la reflexión que escribí hace unos años basada en este proverbio en donde se subraya que los padres son responsables de la educación espiritual de sus hijos, especialmente mientras son niños y están formando el carácter del hombre que serán en el futuro. Instruye al niño.

2. DISCIPLINAR y ENSEÑAR.

Efesios 6:4 (PDT) <<Padres, no hagan enojar a sus hijos sino edúquenlos con la disciplina y la enseñanza del Señor>>. Este pasaje nos orienta en la crianza de los hijos desde una perspectiva espiritual, destacando nuestra responsabilidad como padres de criarlos en un entorno de amor y enseñanza basado en los principios del Señor. Se nos insta a disciplinar y enseñar con amor en lugar de recurrir a la ira, siguiendo el ejemplo de Cristo. La disciplina implica más que corrección, es una instrucción que guía a los hijos hacia el camino que Dios ha trazado para ellos. Al educarlos así, invertimos en su bienestar presente y futuro, preparándolos para enfrentar los desafíos de la vida con sabiduría y fe. 

3. HACER DE LA PALABRA DE DIOS SU GUÍA.

 Deuteronomio 6:4-9 <<Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas>>  

Para poder instruir, educar y disciplinar en la enseñanza del Señor, primero debemos ser instruidos, educados y disciplinados nosotros. No se puede dar algo que no se tiene. Por esta razón Deuteronomio 6 dice “estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón…”. La enseñanza de Jesús, Su sacrificio y Su Salvación deben estar cimentadas en el corazón del padre para poder ser repetidas a los hijos, en todo momento: en la casa, andando por el camino, al acostarte, al levantarte. 

Dentro de tus características como Padre, debe existir el deseo constante de agradar a Dios y debería ser el objetivo al que diriges a tus hijos. Eclesiastés 12:13 dice <<… Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el TODO del hombre>>

Recuerda que el éxito en el proceso de lanzar una flecha radica en el arquero. 

Padres, nunca es demasiado tarde para acercarse a sus hijos, para comunicarse y conocer sus sueños, sus ideas. Ayudarlos a formar su personalidad, enseñarles a fortalecer su identidad y sus creencias. Mostrarles el amor y el carácter de Cristo. 

Debes ser más que un simple proveedor de ropa y comida para tus hijos. Es crucial que te ocupes también de su bienestar emocional y espiritual. Asume tu responsabilidad educativa y prepáralos con las herramientas necesarias para enfrentar el mundo cuando llegue el momento de ser lanzados. 

En el Salmo 127, el salmista dice que los hijos son herencia de Jehová y es una clase de herencia que merece nuestra atención, dedicación y cuidado.